El loft está ubicado en la planta baja de un inmueble del ensanche barcelonés fechado sobre 1930.
Se trata de una gran planta rectangular de unos 800m2 con ventanas a ambos lados que dan a patios interiores de manzana y seis columnas de ladrillo alineadas de dos en dos.
Al parecer el espacio se construyó para albergar las caballerizas de la finca. Más tarde, fue ocupado por los talleres de una imprenta e, incluso, se utilizó como refugio durante los bombardeos de la guerra civil.
El encargo fue convertirlo en un estudio-vivienda, que fuera habitable con la mínima inversión posible y reciclando el máximo de elementos, tanto de la estructura como del mobiliario original del propietario.
Benito Escat, de Invest Pedralbes, realizó las obras de reforma del espacio y las interioristas de MINIM, Agnès Blanch, Elina Vilà y Mercè Colomer, idearon la distribución de los espacios y del mobiliario.
Con la estructura original a la vista, el primer reto de MINIM era ¿Cómo conseguir que un espacio tan grande, diáfano y tan industrial resultara funcional y, al mismo tiempo, agradable y cálido?
Diseño: MINIM
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